En más de una ocasión recuerdo estas palabras del maestro: tenéis que aprender bien las cuatro reglas de matemáticas, porque si no, os engañaran cuando seáis mayores y vendáis el trigo. La verdad es que los zagales estábamos pensando más en los pajaricos y en correr por el río, que en vender el trigo. Pero algo aprendimos en aquellas escuelas públicas de la dictadura, de crucifijo, banderas, retrato del dictador Franco y del falangista, en donde era obligado rezar y cantar el cara al sol, es lo que yo conocí entre los años 1955-1965. Dictadura aparte, gracias a las enseñanzas de los maestros de aquellos años aprendimos las cuatro reglas de matemáticas, geografía, los reyes godos, lenguaje, ciencias naturales... Los medios de que disponía en aquella época la escuela pública además del maestro, eran pupitres y pizarra. Inviernos largos, fríos y húmedos, desmotivaban a los alumnos en aprender.
Una tarde parda y fría
de invierno. Los colegiales
estudian. Monotonía
de lluvia tras los cristales.
Es la clase. En un cartel
se representa a Caín
fugitivo, y muerto Abel,
junto a una mancha carmín.
Con timbre sonoro y hueco
truena el maestro, un anciano
mal vestido, enjuto y seco,
que lleva un libro en la mano.
Y todo un coro infantil
va cantando la lección:
«mil veces ciento, cien mil;
mil veces mil, un millón».
Una tarde parda y fría
de invierno. Los colegiales
estudian. Monotonía
de la lluvia en los cristales.
Antonio Machado
Se me olvidaba decir, que las aulas de las escuelas también tenían estufas de carbón de las que emanaban tufillo y apenas conseguían caldear un poco el ambiente. Y no consigo entender, porque los chicos llevábamos siempre pantalón corto, sobre todo en pleno invierno, no se si por tradición, o por ahorro de tela.
Hoy, pasados 50 años desde que deje la escuela, cuando vendo la cosecha y tengo que realizar operaciones simples de matemáticas para saber los kilos, rendimiento, IVA, retención de hacienda... entonces me vienen al recuerdo las palabras de D. Alfredo. Claro que hoy día ya no basta con saber las cuatro reglas, para que te paguen el valor de lo que vendes hay que saber como esta el mercado mundial: stock, previsión de cosecha, demanda del producto, saber cual va a ser la tendencia para vender en el mejor momento y estar alerta con la especulación del mercado, para esto, hoy disponemos de herramientas como Internet que jamas hubiésemos pensado años atrás. Mucho hubieran conseguido los maestros de hace 50 años, con los medios de los que disponemos hoy.
En aquella época, la mayoría dejábamos la escuela a los 14 años, como decían entonces, para ganarse la vida. Sobre los años 60 azuarinos y azuarinas, jornaleros, personas que no tenían suficientes medios de vida en Azuara y todos aquellos que creyeron que la ciudad daría una vida mejor para sus hijos marcharon a la ciudad más cercana. Hoy continua la emigración, mucho más complicada que hace 50 años, hay que irse al extranjero, pero con carrera universitaria, sabiendo ingles y alemán, en muchos casos para acabar fregando platos.
La agricultura que fue el soporte principal de la economía española hasta la década de los 60, actualmente emplea solo al 5% de la población activa mientras produce alimentos para toda la población. No es nada fácil para ese 5% de población rural, sacar una renta mínima y poder seguir viviendo dignamente en el pueblo. Y sigue disminuyendo la población activa -y la no activa- en el medio rural, y quienes sobran en los pueblos ya na saben a donde ir.
METIDOS EN EL SIGLO XXI.
Parece mentira, con tanto desarrollo tecnológico y productivo, que sobra de todo... que quienes tienen trabajo sobrepasan la jornada de 8 horas mal pagadas y 6 millones de personas en el paro pasan a vivir a costa de los padres y abuelos, volvemos a vivir juntos abuelos hijos y nietos.
Muchos jóvenes que terminaron sus estudios técnicos y universitarios cuando se inició la crisis, tras pasar cinco años de esa supuesta crisis, más de la mitad de ellos no han encontrado ningún trabajo digno en territorio estatal donde poder ejecutar los conocimientos que han adquirido. Parece que no existe ya el derecho a formar una familia, a residir en el mismo sitio, sin tener que viajar por todo el planeta en busca de fugaces trabajos temporales.
Vivimos en este país, con un gobierno que bajo la escusa de una crisis está legitimando todo tipo de recortes, reformas y privatizaciones de servicios públicos importantes, en contra de la mayoría social.
Tenemos un presidente de gobierno que obedece como un perrito faldero a la Merkel, un gobierno elegido en las urnas que no nos representa, mandan en este país la troika, los bancos, las eléctricas, las grandes constructoras... tenemos un gobierno que renuncia a la investigación, al desarrollo industrial y tecnológico, condenando a España al monocultivo del turismo de sol y playa y a que los jóvenes emigren. Y para que no te quejes, dicta decretos contra las libertades, donde la represión policial y judicial es propia de las dictaduras para tratar de contener el malestar del pueblo.
“Van camino de decretar el final del pensamiento y de la razón crítica, trataran de sustituir a los ciudadanos por súbditos, a los seres racionales y pensantes por personas que no tengan capacidad de pensar, fáciles de aleccionar susceptibles de ser conducidos como un rebaño, obedientes y temerosos. En lugar de individuos libres y pensantes, sólo cuerpos para el trabajo.”
Estoy seguro que mi maestro, D. Alfredo, firmaría la siguiente frase:
“No habrá desarrollo sin educación, ni progreso sin cultura y sin libertades reales”
JoseRomán Roche Nebra.
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