viernes, 28 de junio de 2013

Azuara 11 de mayo de 1834 (III)


Concluimos la muestra de material histórico documental sobre Azuara desarrollado en dos capítulos anteriores. Por no prolongarlo en excesivo y por carecer de importancia, se omiten algunos capítulos finalizando así el informe socioeconómico de Azuara en 1834. En este capítulo se informa de  un tema primordial: la educación.



Artículo 12.
En este pueblo hay una escuela de primeras letras para la enseñanza de niños, pero ella no produce la enseñanza o educación necesarias, pues sin embargo de ser este pueblo de dilatado vecindario, apenas contamos  más de treinta muchachos.
Los demás están entretenidos en la vagancia, destruyendo las huertas los arbolados y paredes de cercados por sacar un miserable caracol;  otros andan por calles incomodando al vecindario con sus juegos y griteríos;  otros están dedicados con sus padres al cuidado de cerdos y bueyes, saliendo a pastores con ellos de día y de noche, con lo que talan los campos y arbolados y los muchachos que los cuidan asaltan los cercados hurtando cuanto hay en ellos.

Así pues, es urgentísimo no castigar a estos muchachos por su desgraciada educación, pues en vez de corregir, el castigo irritaría y lo más oportuno es precisar a sus apáticos padres que los manden a la escuela, hasta la edad cuanto menos de  doce años, porque hasta esa edad no pueden producirles ninguna utilidad, y el dejarles en vagancia sin educación alguna puede producir los males narrados y los que son consiguientes a su mala educación y total abandono.

El método que observa el maestro es el mandado por el Gobierno según el Reglamento que mandó a los pueblos, pero no según  el método de don Mariano Vallejo. Se nota aprovechamiento  en aquellos alumnos que concurren a la escuela todos los días del año, que son los menos dice el maestro, y según dice él mismo, no concurren  ni aún la mitad, que  serán sobre sesenta, y éstos en los meses de noviembre hasta marzo,  y de ahí en adelante unos treinta porque desde esta época  principian a producir  las huertas y los emplean sus padres en el cuidado de ellas para que los demás muchachos que andan vagando no hurten sus producciones.
He aquí porque esta porción de niños que se instruyen en los meses  referidos pierden  en los meses restantes  que no concurren todo cuanto han aprendido. 
Estos males no se evitaran con el castigo, sino con un celo que  con el tiempo remedie abusos inveterados. Los muchachos que deban asistir a la escuela  según el vecindario son sobre porción seis. El local o escuela es suficiente para la enseñanza, pero no tiene el aseo o limpieza necesaria. Así pues, es necesario repararla y darle luces y comprar carteles para la instrucción.

El maestro tiene la suficiente instrucción  para enseñar primeras letras. Su dotación consiste  en 1.500 reales de vellón, pagados del fondo de Propios y doce cahices de trigo centenoso que se reparten a los padres de los muchachos, los cuales se cobran mal y en peor calidad de lo que es su especie.
El Capítulo  Eclesiástico le da al Maestro por tocar el órgano ochocientos reales de vellón, pero para que  el maestro se dedique únicamente a la enseñanza sin distraerse a otros objetos, y pueda enseñar otros conocimientos, es necesario aumentar dotación cuanto menos hasta 5.000 reales, o cuando ésta no pareciese conforme, V.S. determinar lo que estime por conveniente.

Escuela de niñas no hay en este pueblo, sin embargo de que es uno de  los establecimientos más necesarios para el vecindario, pues da lástima ver el bello sexo  en tan adusta ignorancia porque las más de las jóvenes contraen matrimonio sin saber las precisas y necesarias labores con que han de sostener  decente a su familia y en parte contribuir con su  trabajo a la subsistencia. De modo que el estado en que se encuentran ofrece el cuadro más lastimosos viéndolas  tan desaliñadas y rotas sus ropas, en vez de serlo atractivo como es natural y peculiar en su sexo.

Los únicos medios que puede proponer el Ayuntamiento para pagar el aumento de la dotación del Maestro  y la que se establezca debe darse a una maestra de niñas que sepa enseñanza, además de sus labores, leer, escribir y cantar.
Son las cantidades que produzcan las heredas que pertenecen a este vecindario y se daban al abastecedor de la carne, y ahora que V.M. (que Dios guarde)  ha concedido la libertad de comercio y que todos venderán libremente la carne, las puede arrendar y sacar a pública subasta, como en efecto se han (…) quedan transadas  y se sepa lo dan de ellas se enviara a V.S.  Y formara el correspondiente expediente como se tiene mandado para que se doten al Maestro y Maestra, y ello dará  a este vecindario atrasadísimo  el mayor de los beneficios, pues sin él se harán infelices y despreciables.

Fuente: J.G. “Boletín Municipal” Azuara año 1986.

JoseRomán  Roche Nebra

martes, 11 de junio de 2013

Azuara 11 de mayo de 1834 (II)

Continuamos con el informe socioeconómico del Ayuntamiento de Azuara realizado el año 1834.

Artículo 11.
En este pueblo existen 6.000 cabezas de ganado lanar; vacuno no hay. Es el ramo principal de este pueblo, como que sin él perece la agricultura por la falta de estiércol para esta tierra  de  huerta cascajosa y pobre de sustancias, y las aguas con que se riega   son de manantiales que la estraga; de modo que sin abonos no produce ni un cinco por ciento con respecto a lo que se estercola y las de monte son igualmente cascajosas y muy flojadas que necesitan muchos más estiércoles para producir, de modo que por la falta de ellos no produce en proporción de las tierras que se estercola; y por falta de estiércoles dividido el monte en diez dimensiones, la una sola esta en cultivo pudiendo si los hubiere subsionarse  y producir en abundancia los cinco, y la causa de no haberlo es el poco ganado que hay en este pueblo respecto  del que se puede mantener en su dilatado monte; pues aunque es susceptible  de mantener 24.000 cabezas de ganado, aun para las 6.000 no queda suficiente yerba pues en virtud del privilegio que disfrutan los ganaderos de Zaragoza de ir a pastar con los ganados a todos los montes del Reino de Aragón,  agolpan en este la mayor parte de sus rebaños desde San Juan de Junio hasta mitad de octubre, de modo que ha habido temporada que se han contado en este monte más de treinta rebaños de zaragozanos (…).


Yerba la tiene, la deja talada para el invierno y se van a sus campos que los tienen guardados y limpios, y como queda talada la tierra los ganados del pueblo perecen resultando de ello como es consiguiente muchas mortaleras, por manera que contándose en estas épocas en este pueblo 15.000 cabezas de ganado, en el día no pasan a las 6.000 dichas. El haber habido en otras épocas las 15.000 cabezas  de ganado consistía en que  tenían y disfrutaban  del ruinoso privilegio; no acudían en tanto numero  de ganados y los que había podían pastar mejor y ésta es la causa de la decadencia de los ganados, de la agricultura y sus vecinos.

Además de los perjuicios que causan los ganados zaragozanos a esta población por el  remonte que tomaría el ganado si no vinieran y  la gran producción que tomaría la agricultura con los estiércoles, causan otra no menos perjudicial  cuales comenten por los llanos y ganados, los campos y faginas, pues es tal el libertinaje de los pastores apoyados en el poderío de sus amos, que aniquilan y roban cuanto hay en las huertas y monte resultando muchas cuestiones entre ellos y los labradores llegando  las más veces a las manos, lo que no puede impedir la vigilancia del ayuntamiento; todo más causa otros perjuicios bien considerables a la agricultura, pues pasan sus ganados a éste cuando la tierra esta llovida  por las huertas preparadas para el año siguiente pisándolas en blando  dejándolas en peor estado que si se sembrase sin subsionar.

También causan otro perjuicio con sus ganados a ese vecindario aniquilando sus leñas con los ganados y con las grandes hogueras en sus majadas. También se niega el pueblo a limpiar las balsas porque se beben el agua de ellas y a limpiar las acequias porque cuando bajan a abrevar sus numerosos rebaños las enrrunan; los propios tienen más yerbas que pertenecen a los ganaderos de ese pueblo  pagando a los propios los mismos la cantidad en que se tasan; cuyas yerbas se venden el día primero de agosto, las que seria  muy útil y conveniente a los propios el venderlas el día de San Juan de junio y valdrían muy a los propios; y aunque ha tratado la junta de propios venderlas en dicho día, los ganados de Zaragoza les mandan a sus pastores que no las guarden hasta el 15 de agosto porque no ha sido costumbre el venderlas hasta dicho día, sin embargo de que dichos ganaderos zaragozanos venden sus campos el día de San Juan de junio.

El común tienen un Bolar destinado para la dale del pueblo y desde el 1º de noviembre tienen derechos los ganaderos del pueblo de entrar con sus ganados a pastar. El pueblo tiene parideras que se daban al abastecedor de la carne del pueblo.
Los grandes de este pueblo no transhuman a otros montes más que a los vecinos y se mantienen todo el año en su mismo monte. En la huerta tiene algunos vecinos prados artificiales de alfalces  y producen bastante bien.

Fuente: J.G. “Boletín Municipal” Azuara año 1986
Jose Román Roche