lunes, 20 de mayo de 2013

Azuara 11 de mayo de 1834 (I)


Esta información la publicamos  en el cuadernillo “Boletín Municipal” en septiembre de 1986.  Han pasado 27 años y he creído importante  publicarla nuevamente, esta vez, en un medio que tiene más alcance.

JoseRomán


El DOCUMENTO:

En 1834 la Delegación de Fomento de la provincia de Zaragoza, solicita al Ayuntamiento de Azuara un informe socioeconómico haciendo un total de 19 preguntas. Las respuestas por artículos y el encabezamiento del informe comienzan así:

Ex. Ayuntamiento de Azuara Partido de Daroca. En virtud del interrogatorio que con fecha del 22 de enero se sirvió V.S. dirigirme preguntándose  sobre todos ramos que constituyen la riqueza pública de los pueblos,  decimos a cuantos Artículos hay en el referido  interrogatorio los siguiente:

1- Como población se compone de 480 vecinos, de ellos, 100 vecinos son peones jornaleros del campo, la mayor parte de los vecinos están dedicados a la agricultura, como unos  treinta dedicados a la fabricación de ropas de lana. Esos fabricantes hace unos 12 años que prosperaban, y en el día están decaídos porque sus ropas que llevaban a vender a Zaragoza, no tienen despacho.

2- En el periodo de  veinticinco a treinta años se daba a esta población decaída  la riqueza pública y los artículos de que se compone en la agricultura. La causa de esta decaída y no prosperar es la falta de extracción de las producciones agrícolas y demás razones que abajo se indican.

3- La clase de tierra que se cultiva en este pueblo de huerta y de monte o secano. En los de huerta se cultivan la tercera parte pertenecientes al Estado Eclesiástico  con que como no pertenecen a los clérigos esa propiedad particular  no tratan  más que sacar las fincas en perjuicio de las mismas fincas, las que  en manos particulares  producirían doble y como no tienen interés directo en ellas, no plantan en sus fronteras chopos, y es causa de que se lleve el río las heredades a los particulares que están inmediatas a sus campos; las demás heredades que pertenecen a los particulares están gravadas con censos a favor  del Estado Eclesiástico  con grave perjuicio de la agricultura. La huerta tiene aquí su riego y la dirección a él  y la limpieza de sus acequias (…) y en la actualidad de los regidores y el descuido precoz y la apatía de los labradores en limpiar las acequias es causa de no estar en  mayor abundancia el agua para los rigurosos calores de julio y agosto en cuya época escasea  para algunas partidas. En el monte se cubrían como unas 20.000 juntas de tierra con inclusión de 7 pueblos que tienen comprada tierra en este monte.

4- En este pueblo todas las cosechas ofrecen ventajas  si tienen extracción y todas proporcionan sobrantes  para otros pueblos y mercados, excepto la cosecha de  aceites; los labradores se dedican a la plantación de chopos confrontantes a la Rambla, en número extraordinario; pero si los grandes ribazos de esta huerta se plantasen de todas las cantidades de árboles fructíferos producirían una gran utilidad a la agricultura; especialmente morales, pues ha habido épocas que se han cogido en este pueblo ocho mil libras de seda; y en el día  no hay morales ni se plantan, pues de los pocos morales viejos que hay  se cogerán 50 libras de seda, la causa de no cogerlos los labradores es que   los muchachos que vagan por las heredades buscando caracoles estropeando los ribazos y paredes de los cerrados les hurtan las frutas; el Ayuntamiento no puede remediarlo por los muchos con quienes tiene que chocar.

5- En los términos de este pueblo se encuentran terrenos destinados a criar carrascas, pero no producen; (…) De los campos de los particulares se gastan abundancia de chopos que sirven para la construcción de edificios y suministran leños a los mismos, su estado es el de prosperidad. De los particulares no hay monte y del común tampoco.

6- Feria de Ganado Mulero y Caballar no hay en este pueblo, ni es un objeto interesante que pueda   producir más riqueza pública, respecto que en este pueblo no hay  pastos naturales, o lo que llamamos prados, así es que en este pueblo no hay más que tres o cuatro yeguas de vientre que  mantienen los los labradores a expensas de sus graneros y aunque  no ha muchos años llegaba el número a 14, éste se ha disminuido por las trabas e impuestos que tenían que pagar sus dueños por los decretos que hasta aquí regían.

7- El estado de los caminos, puentes y calzadas  es sobre los que manifiesta el Cuerpo Municipal el mayor interés  para su bien y prosperidad, pero sin embargo se encuentran enteramente destruidos, y los caminos intransitables. Los municipales proceden en su reparación llamando a los vecinos por barrios, pero éstos no quieren trabajar y así es que  se pierde mucho tiempo  y siempre se encuentran intransitables con grave perjuicio de los transeúntes y de la agricultura; y el único medio de ponerlos transitables es ajustando jornaleros  y pagarles su jornal de los gastos del pueblo.

8- La cárcel de esta pueblo  ni ofrece seguridad ni salubridad, ni hay en ella para hacerla segura y salubre respecto de que este pueblo es pedáneo y todos los reos se remiten al tribunal de Daroca que es la jurisdicción a que pertenece.

9- En este pueblo hay una casa con el nombre de  Hospital, pero no tiene ninguna de las  propiedades características  de la comodidad de los enfermos, ni propiedad  ni ningún  censo para sostener la humanidad doliente y por consiguiente ni patrono ni personal encargados  de su dirección y cuidado de algún miserable que su absoluta necesidad lo reduce a  recogerse a la  nominada casa  hospital; tampoco hay ningún  hospicio o casa de beneficencia.

10- En este pueblo no se observan ningunos órdenes ni reglamentos en beneficio de la Salud Pública ni policía urbana, pues a las calles tiran los vecinos las aguas inmundas y materias fecales, y  o se impide  porque es preciso chocar con todos, y si se les saca la multa tratan al ayuntamiento de estafador, por lo que se  detiene el Ayuntamiento  de cumplir  con su obligación.
También hay estercoleros  en las plazas y calles, el empedrado se halla estropeado y las fuentes de que se surte la población de agua están arruinadas de modo que su agua es impotable pues sabe por falta de darle corriente y limpieza. Por lo que respecta al cementerio lo tiene esta población construido extramuros  conforme esta mandado.

Fuente: J. G. “Boletín Municipal”  Azuara septiembre de 1986

viernes, 3 de mayo de 2013

Azuara, elecciones a Cortes 1845.

Este es un primer artículo de una serie que preparo  sobre sucesos en Azuara ocurridos durante un periodo que va de 1845 a 1940.  Me perdonaréis que me extienda  en la introducción, pero considero importante que sepamos el contexto histórico en el que se desarrolla la vida de los azuarinos, en esa parte del siglo XIX y principios del XX. Una época en la que los azuarinos y azuarinas estuvieron marcados en sus vidas por el paso de  varias guerras civiles, mortandad por enfermedades, hambre y gran carencia de derechos y libertades.

Del año 1833 al 1843 se le llama periodo de regencias en España, es un período de transición hacia una sociedad de carácter liberal capitalista. 
Los Progresistas defienden la soberanía nacional y limitar los poderes de la corona.  Forman parte de ellos los sectores más dinámicos de la burguesía nacional y la masa popular anticarlista y anticlerical. 
Los Moderados son los representantes de la oligarquía del liberalismo.  Lo componen las viejas fuerzas del antiguo régimen que se disponen a entrar en la nueva  sociedad. Su ideología se basa en el liberalismo. Son partidarios del proteccionismo económico y procuran la unión iglesia - estado. La integran terratenientes y funcionarios de prestigio.
Estaba vigente la  Constitución de 1837 y las elecciones  generales dieron la victoria a los llamados moderados, debido al conservadurismo del campo español que suponía el 80% de la población.
Cuando los moderados llegan al gobierno elaboran una ley  por la que se otorga  al gobierno  el nombramiento de los  alcaldes de las ciudades de más de 2.000 habitantes  y en  las de menos, lo decide el gobernador provincial.

En 1840 hay una rebelión de los progresistas y se organizan numerosas juntas. El general Espartero se pone al frente de las fuerzas insurgentes y asume el gobierno. El país pasa a estar dirigido por un gobierno-regencia que convoca elecciones que son ganadas aplastantemente por los progresistas.
Los progresistas, una vez en el poder, aceleran las reformas. En 1841 se completa la desamortización con la venta de las propiedades eclesiásticas en las ciudades. Se reduce el presupuesto militar lo que crea un gran malestar en el ejército encabezado por Ramón María Narváez.  Durante los tres años de regencia de Espartero (1840-1843)  se producen numerosos pronunciamientos apoyados desde el exterior por la reina madre Mª Cristina de Borbón. 
Espartero pone en marcha una política económica tachada de librecambista lo que se considera como un ataque a la industria nacional. El movimiento de protesta  es brutalmente reprimido por Espartero  con el bombardeo de Barcelona. En este clima de inestabilidad el regente convoca elecciones en 1843 de las que el partido progresista sale dividido en dos facciones: La militar y la civil encabezada por Olózaga que enseguida conspira contra el regente Espartero. Todo este descontento cristaliza en el pronunciamiento de Narváez que en 1843, viniendo desde el exilio, desembarca en Valencia y se dirige a Madrid con el apoyo de diversas unidades militares. Triunfa el pronunciamiento y Espartero abandona el poder. De esta forma acaba el período de regencias y comienza en 1843  la etapa de reinado de Isabel II.

El caciquismo  de la época.
Las elecciones en España estuvieron marcadas por el fraude. Unos mecanismos fraudulentos que empezaban por la manipulación del censo electoral, y la duplicación de sufragios.
El proceso de preparación de las elecciones comenzaba con el «encasillado», operación mediante la cual el Ministerio de la Gobernación rellenaba las «casillas» correspondientes a los distritos con los nombres de los candidatos que el Gobierno estaba dispuesto a proteger. Estos candidatos podían ser del partido en el poder o de la oposición. Porque el encasillado no era simplemente una orden gubernamental, sino el resultado de arduas negociaciones entre las diferentes fuerzas políticas. De hecho, en el mismo partido que controlaba el Consejo de Ministros solían existir distintas tendencias, representadas por los jefes de filas de diversas clientelas, los cuales exigían un número u otro de escaños parlamentarios dependiendo de sus fuerzas. 
Tras este tramo del encasillado, que se llevaba a cabo en Madrid, las negociaciones continuaban a nivel local, por medio del representante del poder central en cada provincia, el gobernador civil. El gobernador buscaba el acuerdo con los caciques de su marco de competencia, para conseguir ajustar los resultados de éste a los deseos del Ministerio. Los caciques, que controlaban los diferentes cargos importantes (en los ayuntamientos, juzgados, etcétera), actuaban de acuerdo a su influencia, y a menudo imponían su voluntad al representante gubernamental. Lo normal era que los consistorios municipales y los jueces de la oposición dimitieran en favor de los oficialistas, pero la autoridad podía verse obligada a suspender en sus puestos a quienes no lo hicieran voluntariamente. 
El fenómeno caciquil se ilustra perfectamente con la anécdota del cacique de Motril, en la provincia de Granada. Cuando llegó el resultado de las elecciones, se lo llevaron al Casino del pueblo. Lo ojeó y, ante los expectantes correligionarios que lo rodeaban, pronunció las siguientes palabras: 
“Nosotros, los liberales, estábamos convencidos de que ganaríamos las elecciones. Sin embargo, la voluntad de Dios ha sido otra. Al parecer, hemos sido nosotros, los conservadores, quienes hemos ganado las elecciones.” (Wikipedia)

El año 1843, se aprobó una ley electoral que estableció el voto censitario masculino. SOLO tenían derecho de voto los ricos,  y los varones de determinado nivel intelectual: miembros de las Reales Academias, profesores de la enseñanza pública, doctores, licenciados, curas párrocos...  aún así, el fraude electoral era la norma. 

Elección de diputados a Cortes 
Zaragoza 19 de noviembre de 1845.
La elección parcial de dos diputados a  Córtes y un suplente por esta provincia se anuncio con anticipación por la actividad que desplegaba la autoridad pública, previniendo y sermoneando a los alcaldes de los pueblos para que dispusiesen el ánimo de los electores en favor de la candidatura del gobierno, que ya de antemano había remitido. El interés y animación en ellos creció con la llegada de D. Eusebio Calonge, oficial del ministerio de la guerra, uno de los candidatos, que revestido de las más amplias facultades para conseguir el triunfo, varió en seguida la candidatura excluyendo al  señor Oribe, por ir en la de Logroño y  le reemplazo  el señor don Benito Fernandez.
Por el gobierno se remitieron a los alcaldes y personas influyentes de los pueblos, con recomendaciones y advertencias de toda especie.

Zaragoza 20 de noviembre.
Mientras don Isidoro Ramírez, juez de primera instancia de la ciudad de Zaragoza, se hallaba votando y esperando el resultado del escrutinio  para la  formación de la  mesa, se olvidó de que había citado a juicio multitud de personas, y las tuvo  esperando  hasta las dos y media, quedando, por consiguiente, el administrar justicia para otro día.

El resultado de la votación en este distrito en el día de ayer, es el siguiente: 

Candidatura del gobierno.
Don Eusebio Calonge,.......................40 votos
Don  Bonito Ferrandez …..................34  
Don Felipe Fernandez de Castro........37

Candidaturá progresista. 
Don Juan Antonio Milagro ….............170 votos
Don Pió Laborda.................................172 
Don Mariano Montañés......................166

El primer elector que se presento ayer en el distrito de esta capital fue D. Gerónimo Muro, comisario de policía y abogado de este colegio; tomo su papeleta, votó, y como elector permaneció hasta terminado el escrutinio, sentado en un banco junto a la mesa. Es mucho el celo de algunos electores.

Los progresistas han ganado las mesas  en los distritos de Belchite y Azuara. 
Al principiar la votación para la mesa en Belchite, cierto sujeto dijo, que si votaban a favor del gobierno se retiraría  el comisionado de apremio que pesa sobre aquella población, y que desterraría al que no votase la susodicha candidatura; a lo que contestaron con entereza los electores, que podría hacer lo que gustase, pero que ellos, volarían por quien tuviesen por conveniente. La mesa resultó progresista. 

Cuéntase que en Azuara, habiendo ganado la mesa los progresistas, fueron echados sus componentes del local a palos por los absolutistas, e hicieron que se votase otra vez, resultando también progresistas. Vaya un modo de insinuarse la influencia del gobierno, y qué tenacidad  de los descamisados en componer la mesa. 

El periódico finaliza la información burlándose  de un candidato:
“El diputado en ciernes por algunos distritos de la provincia de Zaragoza, don Eusebio Calonge (candidato del gobierno), se presentó ayer de toda gala en un besamanos que tuvo lugar en casa del capitán general.” 

Fuente: “El clamor público”. Periódico político progresista, literario e industrial. Domingo 23 de noviembre de 1845.

Jose Román Roche Nebra