viernes, 11 de febrero de 2011

Lugares de Azuara: Río Cámaras (I)


Paseando por la ribera de nuestro río observo su ecosistema, en él interviene la luz, el aire, suelo, agua, nutrientes, microorganismos... observo a las ranas, pájaros, insectos, y se que habitan mamíferos. Del reino vegetal destacan por su tamaño los chopos cabeceros, abundan las junqueras, formaciones de berro, zarzales... La formación de árboles, junqueras y zarzales serpentea siguiendo el cauce del río. Un oasis en medio del secano, lugar de preferencia para muchas especies de animales ya que las plantas sirven de alimento y de protección.
No todo es positivo, la ribera que debería ser una barrera natural de vegetación, así como los gaviones construidos por los vecinos y mantenidos antaño, han desaparecido por la acción de las riadas sin que la Confederación Hidrográfica propietaria del cauce haya hecho nada. En esta situación no toda la ribera del Cámaras reúne las condiciones ideales para el desarrollo de la mayor cantidad y diversidad de especies vegetales y animales.
Tenemos 8 km desde el Mojón hasta La Noria donde se alternan tramos de vegetación, con tramos donde solo se ven piedras, espacios de hábitat y paisaje ricos y también pobres. Más arriba, desde la Noria hasta la Venta Marín, hay cultivo de chopo híbrido canadiense que apenas se desarrolla por la falta de agua y a partir de ahí hasta Las Ventas, con más escasez de agua, el cauce del río es un bosque de ginestas adaptadas a ese medio árido y de gravas, paisaje que hay que ver en plena floración, diferentes hábitat y diferentes ecosistemas.

Las personas que paseen por estos espacios, verán que la calidad del paisaje fluvial está ligada a la presencia de vegetación en los márgenes del río y otros factores como las curvas y estrechamiento del cauce, las peñicas o la presencia cercana de la huerta como elemento que explica la actividad agrícola del hombre con el uso del agua.
Paseando por los senderos de la ribera del Cámaras, andamos bajo restos de lo que fueron grandes arboledas, vemos alguna poza de agua, plantas y especies animales, texturas, colores... y si alzamos la vista el horizonte nos muestra otro paisaje. Podemos escuchar el sonido del agua, el sonido del viento, el canto de las ranas y de los pájaros. A pesar de la destrucción que ha sufrido la ribera de nuestro rió, lo que queda de vegetación, sus huertas, cortados y laderas de las peñicas, nos ofrece un rico y variado paisaje en cada estación del año.
Conservemos este ecosistema y procuremos dejarlo en mejores condiciones de lo que nosotros lo hemos encontrado. Seria conveniente repoblar los espacios vacíos que existen actualmente en la ribera del Cámaras, siempre con especies de vegetación autóctona de ribera, como el tamariz, el sauce, fresno, chopo negro y otros.

Jose Román Roche Nebra