martes, 16 de abril de 2013

Otro chopo cabecero gigante.



El Populus nigra o chopo negro,  aparece hace 65 millones de años.
En la mitología grecorromana, los dioses   eligieron árboles que querían que estuviesen bajo su protección y  el chopo le gusto a Hércules.  

El chopo de la fotografía forma pareja con otro un poco menor, están ahí junticos en medio del valle,   a 1,2 km del pueblo por el camino de La Val y situado a 200m en la parte bajo  la balsa.


Dimensiones chopo de copa mas alta:

Perímetro del tronco medido a dos metros de altura: 10 m
Diámetro: 3,18 m
Altura total: 20m
Perímetro del tronco en la base: 9,20 m


Dimensiones chopo de copa mas baja:

Perímetro del tronco medido a dos metros de altura: 12,2 m
Diámetro: 3,88 m
Altura total: 15 m
Perímetro del tronco en la base: 8,87 m

Estos chopos   tienen ancladas sus raíces en contacto permanente con el agua, el de mayor tamaño esta bastante sano como podemos observar por el volumen de su enorme copa, en su tronco existe una gran oquedad en la que caben cinco personas lo que nos da idea del tamaño que solo se aprecia acercándose a el. En la copa y en lugar inaccesible se pueden ver dos nidos de aves rapaces, uno  es de milano real.

La gran mayoría de nuestros chopos cabeceros, esos que vemos cuando paseamos por la ribera del río desde El Mojón hasta La Noria, están en Azuara antes que nosotros. Anclados en la tierra forman parte del paisaje azuarino, tienen su propio   ecosistema en su tronco, en su follaje y bajo él. Frenan el impacto solar en verano dando sombra, amortiguan el viento,  frenan la erosión del suelo, producen oxígeno,  reducen el dióxido de carbono de la atmósfera. Las zonas de  chopos son también espacios de relajamiento. En Azuara los chopos cabeceros han tenido una gran importancia económica al utilizar sus  ramas para vigas en la construcción de las casas, y formando paisaje dan identidad a nuestro pueblo,  por tanto tienen una  gran importancia cultural. 

Invito a que realicéis una  visita a esta pareja de chopos monumentales y pongáis en funcionamiento todos vuestros sentidos: la vista, el olfato, el oído,  el tacto... y encontraréis una profunda impresión. 

Jose Román Roche Nebra