martes, 30 de septiembre de 2014

Efectos de la autarquía en Azuara durante la década de los años 40-50.

Nací un día caluroso del mes de julio de 1949. Dicen que en esos años  40-50, en Azuara se dio algún caso de  muerte por insolación de  jornaleros segadores que venían en cuadrillas de fuera de Aragón y trabajaban a destajo para alargar la campaña de jornales en zonas de recolección más tardías del norte de España.


Por increíble que parezca, Azuara  en los años 40-50 ofrecía una imagen medieval. Artesanos de la caña y el mimbre, herreros, labores agrícolas con herramientas que ya se usaban en tiempos de los romanos, toda la población vivía  de autoconsumo de productos de corral y de las huertas. Permanencían  los portales de la muralla, las calles de tierra, las puertas de las casas con sus viejos toldos de  tela y de arpillera, las mujeres por las calles transportando el agua en  cántaros,  o ropa en canastas lavada en  acequias, los labradores con sus caballerías,   imágenes de un  pasado reciente que están en la memoria de quienes vivimos esos años. La actividad  dependía de las horas de luz y el tiempo era medido,  por las campanadas de la iglesia  y la sirena.
Se empleaban medios de producción y técnicas agrarias poco productivas que exigían la colaboración de un gran número de personas, trabajaban en familias niños, padres y ancianos. La descripción del interior de  una  casa  en Azuara era un mobiliario o ajuar muy escaso, compuesto por aquellos muebles imprescindibles como una mesa, sillas con asiento de anea,  camas con colchones  de  paja o capotas de maíz,  recipientes de barro para guardar el agua y poca vajilla, a penas cuatro platos, usándose mucho la fuente en el centro de la mesa donde todos metían la cuchara. 

La economía española en estos años 50  era esencialmente agrícola. Y yo me he preguntado en alguna ocasión ¿como es posible que  los medios de producción en el campo y la vida en el pueblo fueran casi  medievales?  Recuerdo que estamos en Azuara años 50, se segaba el trigo a fal y se trillaba con caballerías en la era. Hacia ya 120 años (1834) que en EE.UU, la marca de maquinaria McCormick obtuvo la patente de su segadora tirada por caballos.  En 1850 en ese país, se construyeron las primeras segadoras-agavilladoras y en1890 apareció la segadora atadora, esta máquina tardaría  en llagar a  Azuara  nada menos que 70  años. Es en  1890 cuando aparecen las primeras cosechadoras en EEUU,  estas máquinas complejas realizaban las labores de siega, trilla, separación y limpieza del grano por sí solas, al principio eran accionadas con motores de vapor o arrastradas por animales de tiro. Ya en 1938 aparece en los EEUU  la primera cosechadora integral autopropulsada con motores de gasolina, las primeras llegarían a España  en 1960, 22 años después.  

¿Porque ese atraso tecnológico en la agricultura española en los años 40-50 cuando la economía en nuestro país era esencialmente agrícola?. La causa principal fue que el proceso de modernización de la agricultura española en el periodo que siguió a la guerra civil, estuvo fuertemente limitado por la política de autarquía de la dictadura  con la existencia de severas restricciones a la importación de maquinara, las cifras récord de 1926-32 no llegaron a superarse. 

En 1940, el gobierno promulgó la Ley de Intensificación de Cultivos para obligar a los terratenientes a que pusieran más tierras en cultivo, pero el Estado no siempre hacía cumplir la ley. En 1939 sólo el 77 por ciento de las áreas dedicadas al trigo antes de la guerra eran productivas. Este porcentaje aumentó de forma muy lenta, llegando a un 90 por ciento 10 años después. La cosecha de trigo de 1941 fue oficialmente de 2,4 millones de toneladas, cuando lo que se necesitaba eran 4 millones. Las condiciones climáticas a menudo fueron muy malas durante la década. La sequía de 1944-45 provocó la cosecha de trigo más pobre de todo el siglo. Esta producción de trigo en 1945 sólo llegaba al 53 por ciento de la media de la preguerra, y en 1946 la producción de alimentos se había elevado sólo hasta el 79 por ciento del nivel de 1929 y volvió a caer a 64 por ciento en 1948. 
A los efectos de la sequía prolongada había que sumar la falta  de inversiones y de mejoras tecnológicas, el Estado de la dictadura con su política y sus regulaciones era el mayor responsable. Apenas prestaba atención a la base agrícola de su economía a la hora de distribuir recursos. Las inversiones en agricultura apenas llegaban a un 4 por ciento del total de la inversión pública y privada anual durante los años 40. Por tanto, durante una década de racionamiento y condiciones muy duras, fue necesario que este país esencialmente agrícola utilizara sus escasas divisas para importar alimentos de primera necesidad. 
En contraste mientras que la población padecía hambre y se le pedía un sacrificio por la autosuficiencia, se exportaban productos agrarios a Alemania en pago por su ayuda  a Franco en la Guerra Civil. La falta de productos se inició nada más acabar la guerra española y lejos de solucionarse fue a más durante los años cuarenta. 


La economía de España durante la era  franquista,  tuvo un primer periodo de  autarquía  y aislamiento, que comprende los años que transcurren desde 1939 en que termina la  guerra civil  hasta 1959. La dictadura de Franco  pretende autoabastecerse con la producción nacional evitando las importaciones, a esto se le llama autarquía. 
España sufre un periodo de crisis económica casi permanente  desde el final de la Guerra Civil hasta los años cincuenta, caracterizado por una larga y profunda depresión económica, que conllevó un grave deterioro de las condiciones de vida de los ciudadanos, el crecimiento de la miseria, el mercado negro y que supuso el retroceso más grave en los niveles de bienestar de la población en los últimos 150 años de historia. Las directrices de la política económica siguieron unas pautas de carácter autárquico, en un ambiente a la vez de aislamiento internacional  la dictadura española sufrió un bloqueo económico   de los países democráticos. La España franquista se vio terriblemente afectada por ese aislamiento y el mismo Franco impulso la política de autarquía rechazando el  intercambio comercial con otros países produciéndose una ausencia  total de comercio de exportación e importación. Fue la política de autarquía del Régimen  la culpable  principal del atraso en la agricultura y la pobreza en  el medio rural. Por eso en los años 50 se mantenían formas de trabajo y de vida que apenas habían evolucionado durante  500 años, evidentemente hacia ya siglos que  no existían los siervos pero  en Azuara aún existía la costumbre de llamar amo a quien  daba un miserable jornal durante todo el año  o parte de él.


Durante la década de los 60 se desencadenó, definitivamente, la crisis del sistema de agricultura tradicional en España. Los jornaleros y pequeños propietarios se sienten atraídos por unos salarios urbanos comparativamente más elevados y estables y por las expectativas de una “vida mejor” en las ciudades. Se produce una aceleración del proceso migratorio desde el campo a las zonas industriales de España y de Europa occidental. Este proceso migratorio llevo a una falta de mano de obra en el campo que elevó los salarios de los agricultores, lo que obligó a los propietarios a sustituir mano de obra por maquinaria,  aunque la modernización  fue tardía se generalizó con gran rapidez. La progresiva escasez y carestía de la mano de obra asalariada lleva a los propietarios a mecanizar las explotaciones agrarias, había tardado en llegar 70 años, a su vez, la introducción de maquinaria ocasiona paro y desata nuevas oleadas migratorias. Desde entonces, la actividad agraria española experimentó notables transformaciones hasta llegar a la situación actual caracterizada por una población escasa y envejecida, la tendencia al aumento del tamaño de las explotaciones agrarias y la incorporación de avances tecnológicos –incrementando la productividad y los rendimientos de la agricultura para abastecer a una creciente población urbana y a una potente industria alimentaria.

Wikipedia



Canciones para una España rural:

(Mi vaca lechera 1946)
Un cencerro le he comprado
A mi vaca le ha gustado.
Se pasea por el campo,
Mata moscas con el rabo.
Tolón, tolón.
Tolón, tolón.

(Mi carro 1969)
Mi carro me lo robaron,
Estando de romería.
Mi carro me lo robaron,
Anoche cuando dormía.
¿Dónde estará mi carro?
¿Dónde estará mi carro?

JoseRomán Roche Nebra

viernes, 5 de septiembre de 2014

Patrimonio cultural.

Nuestro patrimonio cultural no solo es el yacimiento arqueológico de la villa romana (hoy enterrado), o Belikiom que oficialmente no existe, o nuestras ermitas e iglesia,   la muralla, o la nevera... también tenemos otro patrimonio cultural  rural muy diverso que se manifiesta  en la arquitectura popular lleno de valores vinculados a la actividad agraria, elementos que en tiempos  fueron destinados a cubrir necesidades básicas y de autosuficiencia, como pajares, eras, molinos, casetas, parideras, balsas o huertos. Y por supuesto la arquitectura popular de  casas, calles y rincones de nuestro pueblo,  construcciones de innegable valor  cultural, que cuentan la historia de Azuara. Es el patrimonio testigo y callado de quienes construyeron sin saberlo su historia con los medios que tenían a mano,  patrimonio al que no se suele prestar la mínima atención.



Patrimonio cultural también es el laboreo de tierras que forma el paisaje de nuestro monte y  nuestra huerta, lo caracteriza el minifundio con la existencia de esos márgenes llamados ribazos que son límites entre los campos arados  y el ambiente natural. Esa vegetación de márgenes es más importante de lo que podemos pensar, aún con apenas poca masa vegetal es refugio de plantas y animales fundamentales en el mantenimiento de la diversidad biológica, pero ¿a quien le importa la diversidad biológica?. Tenemos el arbolado disperso en los bordes de las parcelas, plantaciones aisladas de almendros en el secano, o la arboleda en la ribera del río.


Hay que ver en las tierras de cultivo algo que va más allá del aprovechamiento agrícola,  es el elemento paisajístico  lleno de  valores culturales que explican la actividad y la economía  agraria. El paisaje agrícola nos muestra la relación del agricultor con la naturaleza, costumbres y tradiciones  a las que antiguamente estuvo más  ligado... ¿pero, a quien le importa todo esto?.

Hoy en el secano continúan predominando las  parcelas de cereal manteniéndose como cultivo principal,  se ven almendros,  han   desaparecido  las viñas, se ha producido el abandono  y derrumbamiento de  casetas y parideras que hoy como están forman paisaje.  En la huerta,  gracias  a ese minifundio, aun  podemos ver  paredes de piedra,   balsas, ribazos y cañares que  contribuyen  a un paisaje peculiar. En la ribera del río a pesar de la desaparición de la mayor parte de chopos cabeceros, se mantiene cierta cantidad  de arbolado, arbustos y plantas ligadas al entorno acuático como las junqueras y otras plantas menores. En la última década  se ve claramente como se esta desarrollando bastante masa de arbolado y arbustos, probablemente debido a la  escasa presión ganadera actual. Evidentemente faltan en el  paisaje   hombres y mujeres realizando labores agrarias, o caballerías tirando de carros y arados, elementos que se veían hace apenas 50 años.  También se puede afirmar que el paisaje de Azuara,  en general, no ha sufrido grandes modificaciones a lo largo del último siglo.  


La zona de las eras es la más afectada por el paso del tiempo, con  el  derrumbamiento de los pajares. Dicha zona contiene una  arquitectura  de piedra y tierra que fue durante muchos años una importante infraestructura del mantenimiento de la economía campesina. Seria lamentable la desaparición total de estas edificaciones, tal vez dentro de unas décadas se construirán  replicas de algunas de estas edificaciones de uso agrícola para contar que existieron, por ello es digno de elogio aquellas personas que mantienen en pie su viejo pajar evitando su derrumbe, o  pequeños  muros de piedra  testigos del pasado.

Y finalmente, me atrevo a decir: no costaría mucho reconstruir los portales contando con los  datos que tenemos de testimonios y fotografías que atestiguan como eran. 

“Jamás se podrá entender como progreso aquel que solo sabe crecer desde las ruinas o la mutilación de su pasado”. (Rafael Cámara Expósito)

JoseRomán Roche Nebra