miércoles, 25 de septiembre de 2013

La inscripción árabe de Azuara

A finales de 1.911 el cura párroco de Azuara D. José Gorbea, encontró en la ermita de S. Nicolás una lauda sepulcral musulmana con inscripción en árabe y no tardo en enviarle la fotografía y una carta a D. Marcelino Menéndez y Pelayo, que entonces era el Director de la Real Academia de la Historia. Con fecha 3 de enero de 1.912 D. Marcelino Menéndez envío carta al arabista D. Francisco Codera Zaidín con la fotografía de la lápida, en resumen la carta dice: “Deseo que nuestra Academia le de la interpretación, y con este objeto le envío la fotografía a Ud. que seguramente es de los más calificados para todo género de epigrafía”.

D. Francisco Codera Zaidín realizo la transcripción y fue publicada en el Boletín de la Real Academia de la Historia en un texto titulado “ Inscripción árabe de Azuara”.



Jose Román Roche Nebra

jueves, 5 de septiembre de 2013

AZUARA A TRAVÉS DEL TIEMPO, 1890 (II)

Continuamos con la serie de artículos realizados por Miguel Marco Martín dando un repaso a los datos más importantes del censo de 1890.

Como se podía comprobar  en la pirámide poblacional publicada en el capítulo anterior, el 70% de los varones eran menores de 50 años. De las mujeres hay que decir que no tenían ningún derecho, ni al voto,  ni al trabajo legal ni a la educación; el porcentaje  de analfabetismo femenino podría alcanzar  el 90%. Los censos poblacionales reflejaban alrededor del millar de mujeres, cuya ocupación según constaba era SUS LABORES. La época de milicias en aquel tiempo igual se podía hacer en Filipinas, Cuba, África o en la Península. La edad para el matrimonio sería  (todo esto lo suponemos pues no se confeccionaban censos completos) de 23 a 30 años en los varones y de 20 a 25 en las mujeres; cada hogar tendría una media de 3 hijos/as, aunque habría varias familias  con 5,6,7 u 8 hijos. 370 parejas compondrían el censo de población, los viudos/as ascenderían al centenar largo, solteros serian unos 90, 2/3 de ellos varones, y además estarían los menores de 25 años, que todavía no entraban en los censos, y que supondrían el 25% de la población, repartidos en partes iguales entre hombres y mujeres.

Los apellidos que aparecen en el censo son 122 diferentes, siendo los más frecuentes y por este orden: Fleta, Martín, Alcalá, Fuertes, Ansón, Alconchel, Bernad, Ibañez, Lahoz, Marco, Gascón, Obón, Aína,  Barreras, Nalvaiz, Tomás,  Aniesa, Casamayor, y Sarto, representando estos 19 apellidos el 52% de la población.
De los nombres más repetidos en la pila bautismal transcribo los 16 más frecuentes: José, Manuel, Joaquín, Antonio, Francisco, Nicolás, Pedro, Mariano,  Miguel, Juan, Santiago, Domingo, Pablo, Ramón, Gregorio y Pascual, que juntos abarcan al 61% de la población censada.

La villa se dividía electoralmente en dos secciones, la primera que estaba en el ayuntamiento constaba de las siguientes calles: Nueva, Mayor, Virgen, Paradero, Sol, Mosca,  Medio, Luna Molino, Pza. Iglesia, además de  las Ventas de Herrera y el Molino de la Virgen de la Carrasca (Molino Bajo); el resto  de las calles pertenecían a la sección segunda que estaba en las escuelas de niños.

Molino Bajo

El horno sería del común y cada familia tendría que amasar y cocer su propio pan, en 1843 eran dos los que estaban controlados por el ayuntamiento.

1.890 pasaba  y la indumentaria típica del momento era el cachirulo, banda, calzones, chaleco y alpargatas en el hombre y sayas, refajos, chambras,  peleles, toquillas y mantones en las mujeres, que además se recogían el pelo con moños y peinetas. Ni la revolución industrial ni las comunicaciones estaban llegando  a Azuara, su riqueza dependía de la agricultura, y dentro de ella el cereal (cebada, trigo, avena y maíz), de las legumbres (garbanzos, judías y guijas), del olivo, de nuevos cultivos que se estaba introduciendo, la vid y el azafrán.

Solo quedaban 10 años para empezar el siglo XX que traería  innovaciones tecnológicas mejorando un poco la vida en el municipio; aunque antes de que pasara el siglo, todavía hubo tiempo para que España sufriese  la pérdida de las colonias de ultramar (Cuba, Filipinas y Puerto Rico) que significo un cambio en la agricultura de todo Aragón, que pasó a cultivar remolacha para abastecer la industria azucarera.

Antes de  1.898 en Azuara se había creado la 1ª  banda  de música, con su primer director Felipe Zaro, su vida fue de cuatro años. También empezó a funcionar antes del 98 la cofradía de Alabarderos.

En el aspecto lingüístico, el habla todavía mantenía los artículos a y o, en vez de la y el, siendo frecuentes palabras como: estrudes, esfarachar, estabellar, falandraxo, folleta, prou, quemesio, tieda o zintero.

El ciclo festivo de aquella época empezaba en Carnaval, donde los jóvenes se encorrían entre ellos tirándose harina y agua, después, en Marzo, se celebraba San José y con posterioridad  las fiestas mayores (la Ascensión); la feria de San Martín  (9,10 y 11 de noviembre) que servía para exhibir y vender todo tipo de productos; y la fiesta del patrón San Nicolás. Además los agricultores celebraban San Isidro y los oficiales Santa Lucía.

Fuente y autor: “El Piquete” Miguel Marco Martín.


Jose Román Roche Nebra