lunes, 27 de abril de 2009

LAS CASAS DE LOS AZUARINOS A MEDIADOS DEL SIGLO XX

A mediados del s. xx las casas de Azuara eran muy diferentes a como las conocemos en la actualidad después de haber sido reformadas. Tenían una puerta de entrada a veces partida en dos, la parte superior permanecía abierta en el buen tiempo con la finalidad de que entrara la luz y el aire, muchas casas también tenían una puerta zaguera ó trasera que daba a otra calle y por donde entraban y salían las caballerías. Las casas que solamente tenían una puerta que daba entrada al patio servia también de transito a las caballerías para acceder a la cuadra en ocasiones atravesando la estancia de la cocina.

En el patio de entrada, algunas casas tenían una mesa redonda con seis sillas, pero las casas que no tenían puerta zaguera el patio también servia de almacenamiento de hierba espesa y remolacha para las caballerías.

En la cocina, había quienes tenían una pequeña mesa para comer y una mesa larga con tres cajones, el fuego era bajo y de campana con una repisa que servia para colocar los pucheros y al lado uno o dos bancos de madera o de obra, del interior de la chimenea colgaba una cadena con gancho que servia para sujetar el caldero donde principalmente se hacia la cocción para los animales del corral. En el equipo de cocina había los utensilios propios como sartenes, ollas, cántaros y botijos de diferentes tamaños, calderetas y también una palangana para lavarse.

En la estancia que servia de dormitorio pocos tenían armario para la ropa y esta se guardaba en un baúl o un arca. La cama era muy alta con jergón de mulles grandes y uno o dos colchones de lana, manta de palencia y colcha de lana.

En el granero se amontonaba el cereal, las patatas, sitio para tinajas del adobo, las de las olivas, la zafra del aceite, del techo se colgaban unas cañas para soporte de los embutidos de cerdo, de los maderos en unos clavos se colgaban los perniles y en unos cañizos se extendía la fruta como uvas y peras de invierno.

La cuadra para las caballerías tenia de obra el pesebre y pajera, en el corral se amontonaba el fiemo que luego serviría para el abonado de la huerta, bardal para guardar la leña, gallinero, choza para el tocino, los conejos generalmente tenían la madriguera en el montón del fiemo que además era el lugar cálido ideal para las crías.

Los azuarin@s realizaban una primera comida del día a base de patatas cocidas, fresas (farinetas), migas y quien podía huevos fritos. Los chicos se iban a la escuela con una porción de chocolate con pan.
Para la comida del medio día se podía elegir entre puchero de patatas con colarete frito más sopas de pan que se escaldaban en la fuente, también mucho cocido de legumbres con patatas y algo de tocino.
Para la cena, en verano a las diez de la noche y en invierno a las siete de la tarde, los hombres que habían estado todo el día en el campo comían el cocido.
Por tradición todos los miembros de la familia comían de la misma fuente o sartén y esta costumbre se prolongaría bastante a pesar de tener platos, no se usaban vasos, todos bebían del botijo, bota o botella si se trataba de vino.
Los hombres cuando iban al campo se llevaban para comer embutido y adobo, tortilla, sardinas en aceite que se vendían en la tienda en latas muy grandes y que las azuarinas compraban por unidades.
En fiestas, y días especiales se comía pollo o conejo con arroz, el lomo y embutidos tenían que durar todo el año. Siendo que en todos los corrales había gallinas lo cierto es que no sobraban los huevos, pues se vendían a cuatro mujeres que con una cesta recorrían todos los días el pueblo para llevarlos a Zaragoza.

Había intercambio de productos con los pueblos cercanos, por ejemplo los de la Puebla traían sisallos, los de Codo fendejos, de Belchite venían con higos secos y mangranas, de Moyuela traían aguardiente, de Letux subían zanahorias, de Aquilón bellotas, Los azuarinos, a cambio ofrecían patatas y judías secas, excepto con los de Lécera que pasaban con los carros vendiendo naranjas e higos secos a cambio de trapos y alpargatas viejas.

Como podemos ver los azuarin@s de hace apenas 50 años vivían mucho del autoconsumo siendo mínima la dependencia del exterior.

(Gracias a la colaboración de Teresa Roche y Teresa Gascón).

Jose Román Roche Nebra

lunes, 6 de abril de 2009

SE PUEDE EMPEORAR Y SE PUEDE MEJORAR.

En los documentos de trabajo que se están realizado para llevar a cabo la Agenda 21 en Azuara, se va perfilando la situación del municipio. Voy a centrarme solamente en algunos temas.

Se afirma que el principal desafió de desarrollo del municipio es la falta de relevo generacional con envejecimiento de la población, decrecimiento demográfico y jóvenes que se van a la ciudad, claro que esto es algo que en mayor o menor medida afecta a casi todos los pueblos de Aragón y no es de ahora sino de hace bastantes años. En mi opinión este hecho es algo natural y cuando decimos que Azuara llego a tener casi 3000 habitantes hay que pensar que en aquellos años más de la mitad de la población lo pasaba mal para sobrevivir, pongo dos ejemplos: había gente que vendía huevos de gallina pero en su casa no los probaban, también se cultivaba todos los huertos pero eran una minoría los que disponían de huerto, la mayoría de la población eran jornaleros y los jornales eran de hambre. Tiempos en que el mayor gasto de las familias era la alimentación, un pueblo que se dedicaba precisamente a la producción de alimentos no podía alimentarse, así que los vecinos de Azuara en cuanto pudieron emigraron y el abandono masivo de Azuara fue una tabla de salvación.

Hoy aunque en menor medida, continúa el abandono del medio rural dedicado principalmente a la agricultura. Estamos en tiempos donde los costes de producción agrícola son altos, las rentas bajas y con la amenaza de retirada de subvenciones por delante.
A pesar de todo, no seré yo quien desee para Azuara ni diez mil, ni cinco mil habitantes. Me conformo con tener un número de población que haga posible mantener los servicios públicos básicos que tenemos en la actualidad y mantener población debería estar principalmente en manos de Ordenación del Territorio Aragonés, facilitando la diversificación de la actividad productiva y nunca a costa actividades que supongan un desarrollo insostenible.

El documento de trabajo 3ª sesión comenta el mal estado de las carreteras que nos comunican con Zaragoza y esto es muy importante si como dice la memoria descriptiva, aproximadamente un 43% de los ocupados se desplazan fuera del municipio para trabajar.

Se detecta la deficiente conservación del patrimonio histórico en Azuara motivada por la falta de inversión pública y privada, por falta de interés y sensibilidad para valorar el patrimonio, por el desinterés ciudadano en general en la cultura histórica del municipio. No parece que exista mucho interés por el patrimonio histórico cultural, cuando además es una de las soluciones en mantener población si tenemos claro que es importante la diversificación productiva y el patrimonio puede ser un medio que favorezca ingresos por la vía del sector servicios.

Pérdida de calidad de vida que puede manifestarse con las emisiones de la cementera si llega a construirse, tendidos de alta tensión o los transformadores eléctricos en el casco urbano, deterioro del entorno del pueblo y de la ribera de río. Este tipo de desarrollo además de ser perjudicial para TODA la vida en el término municipal, frena la diversificación productiva que pueda desarrollarse con un sector de servicios. Nadie de fuera tendría interés en instalarse en un pueblo donde el medio ambiente sufre contaminación, ni turismo, ni compra de segunda vivienda, y al garete el efecto multiplicador en el sector servicios.

El documento manifiesta que no existen mecanismos para la promoción de participación ciudadana, hay desinformación de la población, resultado, una población apática y conformista, la falta de identidad como pueblo va paralela.

No hay transparencia en la gestión municipal ni en temas como la cementera, tendido de alta tensión, transformadores en el casco urbano, ni en proyectos de recuperación del patrimonio como el Convento de S. Juan ó la nevera recientemente.

En el tema del agua, tan importante para la salud, se detecta un pozo de abastecimiento en malas condiciones, agua contaminada por nitratos, mal sabor y muchas fugas en el sistema de tuberías.

No se puede decir que Azuara sea un pueblo muy sucio por los residuos que se abandonan, pero tampoco se puede decir que sea un pueblo limpio, tanto en el entorno (eras) como en la degradación de los espacios verdes. Se puede responsabilizar a los vecin@s por la carencia de sensibilidad ambiental y también al ayuntamiento por no cumplir con la parte que le toca y por no realizar educación ambiental en el Municipio.

El resultado de estos estudios ya esta sacando nota, se puede empeorar y se puede mejorar.

José Román Roche Nebra

http://agenda21azuara.wordpress.com/