A mediados del s. xx las casas de Azuara eran muy diferentes a como las conocemos en la actualidad después de haber sido reformadas. Tenían una puerta de entrada a veces partida en dos, la parte superior permanecía abierta en el buen tiempo con la finalidad de que entrara la luz y el aire, muchas casas también tenían una puerta zaguera ó trasera que daba a otra calle y por donde entraban y salían las caballerías. Las casas que solamente tenían una puerta que daba entrada al patio servia también de transito a las caballerías para acceder a la cuadra en ocasiones atravesando la estancia de la cocina.
En el patio de entrada, algunas casas tenían una mesa redonda con seis sillas, pero las casas que no tenían puerta zaguera el patio también servia de almacenamiento de hierba espesa y remolacha para las caballerías.
En la cocina, había quienes tenían una pequeña mesa para comer y una mesa larga con tres cajones, el fuego era bajo y de campana con una repisa que servia para colocar los pucheros y al lado uno o dos bancos de madera o de obra, del interior de la chimenea colgaba una cadena con gancho que servia para sujetar el caldero donde principalmente se hacia la cocción para los animales del corral. En el equipo de cocina había los utensilios propios como sartenes, ollas, cántaros y botijos de diferentes tamaños, calderetas y también una palangana para lavarse.
En la estancia que servia de dormitorio pocos tenían armario para la ropa y esta se guardaba en un baúl o un arca. La cama era muy alta con jergón de mulles grandes y uno o dos colchones de lana, manta de palencia y colcha de lana.
En el granero se amontonaba el cereal, las patatas, sitio para tinajas del adobo, las de las olivas, la zafra del aceite, del techo se colgaban unas cañas para soporte de los embutidos de cerdo, de los maderos en unos clavos se colgaban los perniles y en unos cañizos se extendía la fruta como uvas y peras de invierno.
La cuadra para las caballerías tenia de obra el pesebre y pajera, en el corral se amontonaba el fiemo que luego serviría para el abonado de la huerta, bardal para guardar la leña, gallinero, choza para el tocino, los conejos generalmente tenían la madriguera en el montón del fiemo que además era el lugar cálido ideal para las crías.
Los azuarin@s realizaban una primera comida del día a base de patatas cocidas, fresas (farinetas), migas y quien podía huevos fritos. Los chicos se iban a la escuela con una porción de chocolate con pan.
Para la comida del medio día se podía elegir entre puchero de patatas con colarete frito más sopas de pan que se escaldaban en la fuente, también mucho cocido de legumbres con patatas y algo de tocino.
Para la cena, en verano a las diez de la noche y en invierno a las siete de la tarde, los hombres que habían estado todo el día en el campo comían el cocido.
Por tradición todos los miembros de la familia comían de la misma fuente o sartén y esta costumbre se prolongaría bastante a pesar de tener platos, no se usaban vasos, todos bebían del botijo, bota o botella si se trataba de vino.
Los hombres cuando iban al campo se llevaban para comer embutido y adobo, tortilla, sardinas en aceite que se vendían en la tienda en latas muy grandes y que las azuarinas compraban por unidades.
En fiestas, y días especiales se comía pollo o conejo con arroz, el lomo y embutidos tenían que durar todo el año. Siendo que en todos los corrales había gallinas lo cierto es que no sobraban los huevos, pues se vendían a cuatro mujeres que con una cesta recorrían todos los días el pueblo para llevarlos a Zaragoza.
Había intercambio de productos con los pueblos cercanos, por ejemplo los de la Puebla traían sisallos, los de Codo fendejos, de Belchite venían con higos secos y mangranas, de Moyuela traían aguardiente, de Letux subían zanahorias, de Aquilón bellotas, Los azuarinos, a cambio ofrecían patatas y judías secas, excepto con los de Lécera que pasaban con los carros vendiendo naranjas e higos secos a cambio de trapos y alpargatas viejas.
Como podemos ver los azuarin@s de hace apenas 50 años vivían mucho del autoconsumo siendo mínima la dependencia del exterior.
(Gracias a la colaboración de Teresa Roche y Teresa Gascón).
Jose Román Roche Nebra
1 comentario:
que bien se comia antes todo era mas puro los alimentos sabian a comida no a plastico como ahora.Un recuerdo para mis abuelos ciriaco y sebastiana.
Publicar un comentario