Ya tenemos patatas y manzanas en el granero, coles, zanahorias, puerros, acelgas, borrajas y cardos en el huerto.
Se prepara la tierra y se siembra el cereal, ahora la madre tierra esta húmeda, esponjosa, y huele a tierra. Los días más cortos y la luz es agradable.
El otoño es ideal para pasear por caminos y senderos y ver el cambio de color de la naturaleza, oler las hojas muertas que pasan a integrarse a la tierra, observar el agua de las albercas o encontrar alguna seta.
Y en nada llegara invierno, el pueblo quedara con las calles vacías, pero estaremos bien dentro de las casas al lado de la estufa, tenemos la televisión para entretenernos, internet, libros y la ventana para mirar el cielo.
En cierta forma en el pueblo pasamos el invierno en estado de hibernación, si llueve, o hace frío en exceso, no salimos de casa donde se esta calentito. En esos días me acuerdo de los que trabajan en las grises ciudades, todos días fichando haga frío o caigan chuzos.
Quiero vivir las estaciones del año en contacto con la naturaleza, siembra y recolección, la forma natural de medir el tiempo.
OTOÑO
Esparce octubre, al blando movimiento
del sur, las hojas áureas y las rojas,
y, en la caída clara de sus hojas,
se lleva al infinito el pensamiento.
Qué noble paz en este alejamiento
de todo; oh prado bello que deshojas
tus flores; oh agua fría ya, que mojas
con tu cristal estremecido el viento!...
JUAN RAMÓN JIMENEZ
Jose Román Roche Nebra
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